¡Qué noche la de aquel día! Jorge Garbajosa
Nada más debutar en ACB me soltaron un codazo y pensé: “Espabila, chaval”
Un jugador ACB cuenta por cientos los partidos que ha disputado en su vida. Son tantos que es difícil que se quede sólo con uno, como se pretende en esta sección. Jorge Garbajosa, jugador capital en su equipo, Unicaja, y de la Selección Española, recuerda varios partidos inolvidables.
César Nanclares Escudero - ACB Magazine Nº 0
Uno es la final del Campeonato de España Junior que ganó con el entonces Taugrés, en el 95. Otro es la final de la Copa ganada con Unicaja la temporada pasada, la de su regreso a la ACB. Sin embargo los ojos se ausentan cuando recuerda su debut profesional, el 9 de diciembre de 1995, 10 días antes de hacerse mayor de edad, en una plaza histórica, Huesca. “Aquel día siempre lo recordaré con mucho cariño. Manel Comas me dio la oportunidad y sirvió para entender en que tenía que trabajar, de lo importante que era para mí el baloncesto”. Aquel Taugrés ya era un grande del panorama ACB y para un imberbe chaval de Torrejón de Ardoz (Madrid) significó mucho llegar a la cima. “Era desconocido entonces. Tenía 17 años, llevaba dos años entrenando con el primer equipo - ¡desde los 15! - gracias a Manel, y en el equipo estaban Marcelo (Nicola), Ramón Rivas, Carlos Cazorla… un equipo con muy buena gente, en el que todos me ayudaron porque yo era casi un niño: después de tanto esfuerzo, de estar solo en otra ciudad que no era la mía casi tres años, lejos de la familia…”.
La voz denota agradecimiento eterno cuando Jorge habla de Manel Comas, el pequeño gran Manel, el Asterix de nuestro basket. “Tiene una forma muy especial, al menos conmigo, de corregirte, de echarte la bronca, con cariño. Trabajé con él tres años, era muy joven y tengo un recuerdo inmejorable de un grandísimo entrenador. No sólo porque me hizo debutar, que también, sino por la relación que tenía con los jóvenes”. Kenny Green era la estrella refulgente del Taugrés´95-96. Sus rodillas de cristal hicieron crack por enésima vez antes del viaje a Huesca y Manel tiró del junior que apuntaba maneras. “Había jugado el día anterior con el equipo EBA, el Mondragón, viaje por la noche, llegué el domingo a Huesca y sí, fui a completar la plantilla”.
Garbajosa – de segundo apellido Chaparro, paradojas de la vida - se pone socarrón para narrar sus primeros minutos en el gran baile: “Creo que hice 0 puntos, 3 rebotes. Jugué 10/12 minutos… no lo hice bien. Pero no salí nervioso; salí como no he salido nunca a un campo de baloncesto, con una motivación brutal. Nada más entrar me soltaron un codazo en la cara y pensé: “Chaval, espabila”. Eso sí, recuerdo que el equipo ganó”. 83-97. 19 puntos y 13 rebotes del nunca bien ponderado Ricky Brown, 22 de Perasovic y 19 pts. 8 reb. de Nicola decidieron, pero para Jorge lo importante fue hacerse mayor de golpe. “He tenido la suerte de debutar a Alfonso Sánchez y a Pavel Ermolinsky en Málaga e intentas hablar con ellos y decirles que hagan lo que hacen cada día en el entrenamiento. Lo que saben hacer, que es jugar al baloncesto y muy bien. Por eso le van a dar la oportunidad”. Buen consejo, sí señor.
* El día que debutó Garbajosa, el mejor del partido con 36 puntos y 37 de valoración fue Alphonso Ford (Grupo AGB Huesca), fallecido hace poco más de un año de una terrible leucemia con sólo 32 años. Vayan estas líneas en su memoria.
Un jugador ACB cuenta por cientos los partidos que ha disputado en su vida. Son tantos que es difícil que se quede sólo con uno, como se pretende en esta sección. Jorge Garbajosa, jugador capital en su equipo, Unicaja, y de la Selección Española, recuerda varios partidos inolvidables.
César Nanclares Escudero - ACB Magazine Nº 0
Uno es la final del Campeonato de España Junior que ganó con el entonces Taugrés, en el 95. Otro es la final de la Copa ganada con Unicaja la temporada pasada, la de su regreso a la ACB. Sin embargo los ojos se ausentan cuando recuerda su debut profesional, el 9 de diciembre de 1995, 10 días antes de hacerse mayor de edad, en una plaza histórica, Huesca. “Aquel día siempre lo recordaré con mucho cariño. Manel Comas me dio la oportunidad y sirvió para entender en que tenía que trabajar, de lo importante que era para mí el baloncesto”. Aquel Taugrés ya era un grande del panorama ACB y para un imberbe chaval de Torrejón de Ardoz (Madrid) significó mucho llegar a la cima. “Era desconocido entonces. Tenía 17 años, llevaba dos años entrenando con el primer equipo - ¡desde los 15! - gracias a Manel, y en el equipo estaban Marcelo (Nicola), Ramón Rivas, Carlos Cazorla… un equipo con muy buena gente, en el que todos me ayudaron porque yo era casi un niño: después de tanto esfuerzo, de estar solo en otra ciudad que no era la mía casi tres años, lejos de la familia…”.
La voz denota agradecimiento eterno cuando Jorge habla de Manel Comas, el pequeño gran Manel, el Asterix de nuestro basket. “Tiene una forma muy especial, al menos conmigo, de corregirte, de echarte la bronca, con cariño. Trabajé con él tres años, era muy joven y tengo un recuerdo inmejorable de un grandísimo entrenador. No sólo porque me hizo debutar, que también, sino por la relación que tenía con los jóvenes”. Kenny Green era la estrella refulgente del Taugrés´95-96. Sus rodillas de cristal hicieron crack por enésima vez antes del viaje a Huesca y Manel tiró del junior que apuntaba maneras. “Había jugado el día anterior con el equipo EBA, el Mondragón, viaje por la noche, llegué el domingo a Huesca y sí, fui a completar la plantilla”.
Garbajosa – de segundo apellido Chaparro, paradojas de la vida - se pone socarrón para narrar sus primeros minutos en el gran baile: “Creo que hice 0 puntos, 3 rebotes. Jugué 10/12 minutos… no lo hice bien. Pero no salí nervioso; salí como no he salido nunca a un campo de baloncesto, con una motivación brutal. Nada más entrar me soltaron un codazo en la cara y pensé: “Chaval, espabila”. Eso sí, recuerdo que el equipo ganó”. 83-97. 19 puntos y 13 rebotes del nunca bien ponderado Ricky Brown, 22 de Perasovic y 19 pts. 8 reb. de Nicola decidieron, pero para Jorge lo importante fue hacerse mayor de golpe. “He tenido la suerte de debutar a Alfonso Sánchez y a Pavel Ermolinsky en Málaga e intentas hablar con ellos y decirles que hagan lo que hacen cada día en el entrenamiento. Lo que saben hacer, que es jugar al baloncesto y muy bien. Por eso le van a dar la oportunidad”. Buen consejo, sí señor.
* El día que debutó Garbajosa, el mejor del partido con 36 puntos y 37 de valoración fue Alphonso Ford (Grupo AGB Huesca), fallecido hace poco más de un año de una terrible leucemia con sólo 32 años. Vayan estas líneas en su memoria.
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