El Cronista Deportivo
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MediaPunta

lunes, marzo 13, 2006

Roberto Dueñas, conocido desconocido

Todo el mundo conoce a Dueñas pero casi nadie sabe quién es. En sus 220 imponentes centímetros y dentro de un cuerpo extraordinario se esconde un tipo inteligente, introvertido, seguro de sí mismo y con la cabeza muy bien amueblada.

César Nanclares Escudero - ACB Magazine Nº 0

Conversar con él atrapa y su capacidad de reflexión permite transcribir la charla tal cual, en primera persona:

Soy un tipo normal, tranquilo, como la mayoría de la gente. Disfruto con la lectura, del cine, de estar con amigos. Leo de todo. Biografías, a Saramago y releo “Cuatro amigos”, de David Trueba. Me gusta mucho ese libro. No me preocupa que nadie sepa como soy. Con que me quieran mis amigos es suficiente.

Estudiaba en Móstoles pero vivía en Fuenlabrada. Con 15 años medía 2´06 y empecé a jugar en el colegio. Julio, el profesor de educación física era también coordinador de baloncesto en el C.B. Mostoles y me invitó a que jugara después de clase. Un día, como yo iba en autobús a estudiar, me abordó en la parada Miguel Ángel Hernández, entrenador de base del Fuenlabrada. El Móstoles no me daba la carta de libertad pero al final accedieron a cambio de material deportivo.
Poca gente sabe que hice las pruebas del Real Madrid – aún estaba en Móstoles – durante tres días. No me cogieron. Ya en Fuenlabrada, el Barcelona me vio en un partido amistoso y me ofreció un contrato. Como me tenía que operar de la glándula hipófisis y quería hacerlo en Madrid, cerca de mi familia, lo entendieron y a mediados del 94 firmé contrato. En enero del 95 me operé y entonces viajé a Barcelona.

Tenía miedo a irme de casa pero sólo tardé 3 ó 4 meses en adaptarme. Paso un mes al menos en Fuenlabrada todos los veranos y Barcelona me parece una de las mejores ciudades de Europa. Cuando me retire no sé qué haré ni dónde viviré pero sí que quiero trabajar en torno al basket.

Aito García Reneses ha sido fundamental en mi carrera. Él apuesta por lo jóvenes como pocos, como demuestra ahora en la Penya. Siempre le estaré agradecido. En todos estos años en la ACB he cambiado para mejor. A mí me han servido para madurar. Hago lo que me apasiona. Siempre digo que somos privilegiados porque hago lo que me gusta y encima gano mucho dinero.

La selección es lo máximo. He jugado dos Juegos Olímpicos y he coincidido con dos extraordinarias generaciones de compañeros. La NBA pudo ser y no fue. Mi carácter jugó en contra, quizá el miedo… No me arrepiento. Se me hace difícil estar en un entorno solo. Los Bulls me eligieron en el 97 y como salí en segunda ronda me ofrecieron el contrato mínimo garantizado. En París me reuní con Jerry Krause, manager general de Chicago, pero me quedaba un año de contrato con el Barça...

En Girona es todo distinto. El club es diferente, el cambio ha sido fuerte. Pero la gente me trata muy bien… las semanas son más largas al no jugar en Europa. Tengo ganas de hacer algo grande con el Akasvayu.No sé qué va a ser de mi futuro profesional. El año pasado me operé de la espalda y si me vuelve a dar un problema serio me retiro. Quiero seguir ligado al baloncesto, pero no profesional porque viajar cansa tanto…