El Cronista Deportivo
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MediaPunta

lunes, junio 19, 2006

Haz lo que digo, no lo que hago

Muchos deportistas profesionales, sobre todo futbolistas, desacreditan a los plumillas que no han sido cocineros antes que frailes. El resumen de su planteamiento es el siguiente: si no has jugado bien un deporte, no puedes hablar bien sobre ese deporte. No seré yo quien diga que la buena praxis no ayude, pero todos tenemos en la cabeza miles de ejemplos de virtuosos del deporte que son un desastre con la alcachofa en la mano y aún peor ante el teclado de un ordenador.

César Nanclares Escudero - www.nanclymen.blogspot.com

Curioso es que aquellos que defienden con vehemencia esa incompatibilidad, lo primero que hacen una vez retirados del deporte activo es trabajar en los medios. Los que optan por la prensa escrita disimulan gracias al negro (becario, casi siempre) que les corrige sus textos. Ni siquiera entonces se dan cuenta de que es tan importante la forma como el fondo, aunque entre lo que ellos dicten al periódico y lo que se acabe publicando diste un abismo. La diferencia entre escribir y redactar es la misma que hay entre un regate de Ronaldinho y otro de Oleguer ;-)

Peor lo pasan los ex deportistas que se ponen delante de un micrófono y empiezan a rajar sin orden ni concierto. Las patadas al diccionario son constantes; muchos no construyen ni una frase bien; otros no saben conjugar los verbos castellanos... ¡un papelón!

El que tiene boca se equivoca. Los profesionales de los medios somos los primeros en meter la pata, sobre todo en directo, pero ellos, "los ex", tienen que ser más cuidadosos: fueron grandes deportistas y grande es la magnitud y la trascendencia de los que comentan. Sus vicios lingüísticos se contagian al habla del telespectador como la lepra...
Lo triste es que cuando se dan cuenta de que el trabajo de un comentarista no es fácil, ya no hay marcha atrás. Su etapa de deportistas profesionales es agua pasada y aunque algunos no lo crean, nunca volverá. Escarmiento tardío de difícil anticipación. Mientras los dos bandos no traten de entenderse, la relación deportista-periodista no será la idónea: profesional, comprensiva y respetuosa.