El Cronista Deportivo
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sábado, noviembre 17, 2007

Emoción

Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática. Así define emoción el Diccionario de la RAE. Así me siento yo, solo, a las 3 de la mañana de un viernes noche, sentado en el sofá de casa de mis padres con la pata chula por culpa del ligamento cruzado anterior, y el portátil encima de una mesita multiusos para lisiados, de esas que anuncian en la teletienda. Y todo por culpa de un tipo corriente, que mide poco más que yo, pesa mucho menos, y luce el número 2 de los Memphis Grizzlies: Juan Carlos Navarro.


César Nanclares Escudero - www.nanclymen.blogspot.com


Ya advertí, hace muchos meses en una vieja entrada, lo facil que es ver la tele por Internet. Lo difícil es encontrar el canal que da lo que uno busca y que la conexión a Internet tenga suficiente ancho de banda para que no haya interrupciones. Anoche se concentraron los astros para que todo saliera perfecto. Y casi sin querer… Estaba viendo en la tele, aburrido, el Boston-Miami, cuando decido probar a registrarme en nba.com, para ver si suena la flauta en el League Pass, el sistema que permite ver, en directo, cualquier partido de la NBA en el ordenador. Una vez registrado, lo intento con el Raptors- Pacers y hay suerte… en vista que no aparecen españoles en pista, salto al Grizzlies-Hornets con mejor fortuna. Señal nítida, narración original en inglés de gran calidad (en el contenido y en el continente), y Navarro en pista. Sin mucha fe, supongo que está jugando los pocos minutos que le brinda siempre Iavaroni en los segundos cuartos. Nula demostración de confianza. De repente, el inmutable angelito se levanta de tres y la clava. El narrador grita exaltado porque es ¡el tercer triple de “La Bomba”!, pronunciado en el típico español con acento tex-mex. Alucinado, me olvido para siempre del partido del plus, y Navarro no me hace cambiar de idea. Vuela otro triple… ¡dentro! 4 de 4: saliendo de bloqueo, en transición, tras dribbling con un defensor encima… lo que estamos acostumbrados a ver a este lado del charco. El quinto triple sin fallo no tarda en llegar. A estas alturas ya nadie duda en Memphis de que el amigo de Gasol es algo más que un colega del jugador franquicia. La confianza lo es todo y el microondas se anima con un tiro de media distancia desde la esquina izquierda y casi sin ángulo… ¡chof! El corazón se me sale del pecho. Busco el móvil para avisar a toda la banda de lo que se están perdiendo, pero freno en seco al ver la hora: 3:30 de la madrugada. Mientras, Navarro sigue a lo suyo. Penetración por la izquierda, cambio de mano en el aire y bandeja a tabla con la zurda. Queda claro, no es sólo un triplista. 7 canasta de 7 intentos en un partido de NBA está al alcance de muy pocos. El comentarista de la FSN, la tele que transmite el game, le compara con Manu Ginobili. A mí me recuerda más al genial Drazen Petrovic. Correr de apariencia cansina, el pecho henchido, la cabeza siempre alta y un silencioso instinto asesino al más puro estilo Los Soprano. Navarro falla el siguiente tiro pero se va al descanso con 19 puntos, sólo 3 menos que el récord de la franquicia en una primera parte. Lo que pasara a partir de entonces ya era secundario.

Navarro descansa su muñequita linda en el tercer cuarto pero ya no hay quien le saque del quinteto en pista. Gasol toma el relevo, y una asistencia del pequeño al grande en el inicio del cuarto cuarto, vuelve a disparar mis emociones. El sueño de ver a nuestros dos máximos exponentes triunfando en la Liga es un hecho. Gasol es Induráin; Navarro, Perico. Memphis… el Atleti. 105-110 pierden los Grizzlies, a falta de 19 segundos para el final. El 2 dispara un triple de siete metros y medio… y la entierra. New Orleáns no falla desde la línea de libres. Solo vale un milagro. Rudy Gay, celoso de la nueva estrella azul y blanca, se apunta al bombardeo, nunca mejor dicho, y anota dos triples en 7 segundos (el segundo sobre la bocina). ¡Prórroga! Yo hago mudos gestos de alegría mientras el resto de España duerme. Una locura. El tiempo extra liquida a Memphis como era de esperar. Gay y Gasol no encuentran en punto G a la prórroga y Navarro acusa el cansancio.

El hombre con cara de niño y papada de sillón ball se ha hecho grande pese a la derrota. Semanas atrás me tiré el folio, no sé con quién, de que Navarro haría 30 puntos en la NBA más de una vez. Hoy, viernes en Memphis, sábado en Madrid, 16 de noviembre en EE.UU, 17 en España, ha sido La Bomba: 28 puntos en 34 minutos. ¡8 de 9 triples!, 4 asistencias, 2 rebotes y sólo una pérdida de balón. ¡Y yo estuve allí! En el sillón de los papis, solo, con la rodilla izquierda como una berenjena y delante de mi diminuto portátil. Una locura muy linda, que espero haber compartido, sin saberlo, con muchos pirados del deporte más bello jamás inventado. ¡Gracias nba.com!

PD: Scola le ha hecho 20 a los campeones Spurs… aunque también ha perdido. ¡Qué noche!