El Cronista Deportivo
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MediaPunta

martes, noviembre 22, 2005

¿Ginga? Culito duro...

63 minutos de regates inverosímiles, bicicletas, fintas, rabonas y golpeos de balón imposibles merecen la pena. Si los actores son aspirantes a cracks y el escenario Brasil, no hay lugar a dudas.

César Nanclares Escudero - www.mediapunta.es

Fernando de Meirelles, director de la oscarizada Ciudad de Dios, plasma de nuevo con maestría la cruda realidad de la juventud brasileña en el documental Ginga. Término de imposible traducción, proviene de la Capoeira, expresión cultural por excelencia de Brasil y conocida en todo el mundo por su vertiente como arte marcial. Ginga define el movimiento ritmado de todo el cuerpo, con la finalidad principal de mantenerlo relajado y su centro de gravedad en permanente dislocamiento, listo para la esquiva, ataque, contraataque o fuga. O lo que es lo mismo, el alma del mejor fútbol del mundo, el producido en versión cinematográfica por Meirelles de la mano de la firma deportiva Nike.

Ginga, el alma del fútbol brasileño narra en seis capítulos la historia de siete jóvenes futbolistas de distinto origen social, geográfico y familiar. El hilo conductor es el balón, que una vez más sólo se rinde ante la habilidad y la imaginación, sin importarle la lucha de clases.

Romarinho juega como Ronaldinho y sueña con ser profesional pese a vivir en la mayor favela -barrio chabolista- de toda Latinoamérica, en Río de Janeiro.

Sergio es blanco, de buena familia y estudia en un colegio privado. Todo a favor en la vida pero todo en contra en el fútbol brasileño. Se mofan de él por ser rico. Paradojas de la vida.

Paulo César también vive en Sao Paulo aunque con mucho menos que Sergio. Ayuda a su padre, aparcacoches en la calle. El tiempo libre que le queda es todo para el fútbol. Le espera una prueba en La Portuguesa.

Celso vive a orillas del Amazonas. Cada fin de semana viaja ocho horas en barco con su equipo a Manaos para jugar el torneo regional. Se lo pasan pipa.

Vescley pintaba para crack pero un atropello le amputó una pierna. Lejos de venirse abajo juega como los ángeles ayudado por sus muletas.

Cierra el cuento el duelo entre el hoy galáctico Robinho -todavía en el Santos- y Falcao, el mejor jugador de fútbol sala de la historia, que tras mucha insistencia decide pasarse al fútbol grande. Ojo al pique entre los dos por ver quién inventa el regate más inverosímil.
El nuevo canal Cuatro tiene previsto estrenar el documental por capítulos, aún sin fecha de emisión. Movimiento, habilidad, música y fútbol. Culito duro, como atina a ceñir Natalia Verbeke. ¡Ginga!